Tulio Gómez es manizaleño, pero caleño de corazón. El pasado 25 de noviembre cumplió 50 años de haber llegado a la capital del Valle a los 12, con su familia y, literalmente, una mano adelante y la otra atrás. La precariedad en la que vivían los Gómez Giraldo lo motivó a trabajar vendiendo lo que podía. Trabajó en supermercados y en las galerías de Santa Helena y el mercado de La Floresta.
La venta de víveres lo enamoró y desde esa época Tulio Alberto Gómez Giraldo forjó su destino como tendero. En compañía de su cuñado, hermano de su esposa, compró en 1992 un supermercado quebrado en Siloé, una de las zonas más deprimidas de Cali. “Con nuestros ahorros y crédito nos dedicamos a refaccionar el local y a reparar el mobiliario viejo. Así inauguramos nuestro primer supermercado de la marca Super Inter”, recuerda.
Al principio no fue fácil, pues tanto Tulio Gómez como su cuñado Raúl Giraldo trabajaban 15 horas diarias en el local y en vez de avanzar estaban a punto de quebrar. Además de las dificultades propias del comercio minorista estaban afectados por la inseguridad de Siloé. Les robaban kilos de carne y de víveres. Sin embargo, la chispa que impulsó su negocio fue la venta de papa, que le compraron directamente a un productor campesino. La pudieron vender más barata que sus competidores y hacer ganancias; de esta manera se dieron cuenta de que la rentabilidad estaba justamente en evitar a los intermediarios.
Con esa estrategia empezaron a crecer no solo con más tiendas de Super Inter, sino a montar sus propios cultivos y su ganadería, mientras mantenían su política de comprar directamente a los campesinos.
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Super Inter se concentró únicamente en alimentos, no entró nunca a electrodomésticos ni a ropa y así con 39 tiendas, 2.900 empleados directos y 2.000 indirectos, en 2013 ya vendían 650.000 millones de pesos y les pisaba los talones a gigantes como La 14, Makro, Cencosud, Alkosto, Olímpica y Éxito. Se convirtió en la cadena de supermercados independientes más grande del país.
Gómez y Giraldo alcanzaron 49 tiendas, concentradas en el Valle y el Eje Cafetero, y en 2014 llegó otro cambio en su vida empresarial, que algunos podrían considerar su mayor logro: le vendieron Super Inter al Grupo Éxito. Un negocio en el que les exigieron no entrar al sector de supermercados por cinco años.
Con el dinero de la venta, Tulio Gómez se convirtió en el mayor accionista del América de Cali y Raúl Giraldo, del Deportivo Independiente Medellín, mientras continuaban haciendo negocios, en especial en los frentes ganadero, agrícola e inmobiliario.
‘Como cambiar de sexo’
La llegada al mundo del fútbol implicó un cambio en el estilo de vida de Tulio Gómez, pues adquirió más reconocimiento público de la mano de los hinchas, tiene perfil en Wikipedia y casi 185.000 seguidores en Twitter. Sin embargo, no duda en asegurar que pasar del sector privado al fútbol, así fuera con el equipo de sus amores, fue tan duro como cambiar de sexo, pues prácticamente implicó entrar a un nuevo mundo para aprender desde cero.
“Hoy en Colombia el fútbol no es negocio, pero lo que hemos hecho es buscar la forma de volvernos más rentables, de fortalecer la cantera, conseguir buenos patrocinadores, participar en torneos internacionales y vender jugadores, pues la taquilla es una regular fuente de ingresos, así como la venta de derechos de televisión”, dice y cree que el América es uno de los equipos que hoy tiene más patrocinadores. De la mano de Tulio Gómez, el América volvió a brillar y a ganar títulos, al tiempo que desarrolla el fútbol femenino, el cual está a cargo de su hija Marcela Gómez, extenista profesional.
Los réditos deportivos también se ven por el lado económico, pues este tendero, como se reconoce a sí mismo, le ha imprimido al equipo todos los conocimientos de mercadeo que adquirió en el mundo del retail. Hoy se vende calzado deportivo, maletas, relojes, vino, café y Aguardiente del Valle con la marca América.
Asegura que su vocación de tendero es compartida por su esposa y sus dos hijas, y, de hecho, fue su señora quien después de la venta de Super Inter montó en Medellín Agromercados La Montaña, donde “ofrecen el servicio y la comodidad de las grandes superficies, con la frescura, la variedad y el precio de la plaza”. Están ubicados en la Central Mayorista, en el Bloque Naranja, además son los concesionarios de frutas y verduras de Makro Medellín y Makro Cali.
Mientras desarrollaba ese nuevo negocio familiar y seguía en la lucha con el América, Almacenes La 14, uno de sus otrora competidores, quebró, dejando sin empleo a unas 6.500 personas y con un vacío en el corazón de los caleños que querían mucho la marca. Ese vacío también lo sentía Tulio Gómez. Así que tras consultar con su esposa y sus hijas decidió regresar al negocio de los supermercados, aprovechando que ya había terminado el tiempo de restricción establecido con el Éxito.
La idea es que estos cinco almacenes seguirán bajo el nombre de La 14, pero por dentro operarán como un almacén por departamentos, en el que trabajan varios operadores. La parte de víveres estará a cargo de Agromercados La Montaña, pero también habrá otros concesionarios para electrodomésticos, ropa, papelería, etcétera.
“Lo hacemos por convicción, para salvar empleos, que es el mismo esfuerzo que está haciendo el señor Negret. Él está buscando la forma de pagarles a empleados y proveedores, lo que es muy positivo para la región porque muchos pequeños proveedores tienen su capital atrapado en la liquidación y se pueden quebrar, pero si recuperan su capital se salvarán de la bancarrota”, explica Gómez. Su idea es poder emplear en las cinco tiendas a 400 personas para la parte operativa y a otras 400 para la comercial. Ellos pasarían de La 14, una empresa con más de 55 años, a ser contratados por un nuevo empleador. Están acelerando el empalme a ver si alcanzan a tener los almacenes operando en la temporada de diciembre.
Pese a no haber ido a la universidad, asiste con frecuencia a seminarios internacionales para aprender sobre el sector retail y le gusta mantenerse actualizado. Dice que su vena comercial viene en sus genes paisas (su familia es originaria de Granada, Antioquia), pero que lo ideal es poder combinar el conocimiento empírico con la universidad y a eso mezclarle el manejo del inglés. A sus dos hijas, Marcela y Melissa, les dio la oportunidad de cumplir con esas aspiraciones y sonriendo asegura: “Yo quisiera ser hijo mío”.
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A sus 62 años, Tulio Gómez sueña con dejarles su legado de tendero a sus hijas y salvar y fortalecer a La 14, una de las marcas que no fue vandalizada durante el pasado paro nacional en Cali. “Este es un trabajo de todos: de nosotros, del liquidador y de los consumidores”, dice este empresario que por decisión propia ahora es más caleño que el pandebono.
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