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Los snacks salados estuvieron entre los que sufrieron el fenómeno de la “reduflación”, asegura Kantar. FOTO JUAN ANTONIO SÁNCHEZ
Los snacks salados estuvieron entre los que sufrieron el fenómeno de la “reduflación”, asegura Kantar.
Una tendencia denominada “reduflación” observó la firma especializada en consumo, Kantar, el año pasado en América Latina. Se trata de la decisión de los consumidores por adquirir productos en presentaciones que las marcas volvieron más pequeñas, y que se vio más en helados, gaseosas, snacks, galletas dulces o leche en polvo.
En el helado, el más afectado, el tamaño se redujo un 17% en promedio, cuando se compara con el 2022. Pero como se mencionó, no solo es una elección de quienes lo compran en las tiendas, también fue una estrategia por parte de las grandes multinacionales.
Así, describió Kantar, “el aumento de la inflación eleva los costos de producción de las empresas y disminuye el poder adquisitivo de los consumidores. Debido a esto, muchos fabricantes consideran reducir el tamaño de los envases para mantener los precios promedio y evitar que los compradores abandonen sus marcas”.
Las que lo aplican
El término de “reduflación” incluso ha sido utilizado en Europa por parte de la cadena francesa Carrefour, que a finales del año pasado advertía a sus clientes cuánto se redujeron los tamaños de ciertos productos como Lipton –de 1,5 a 1,25 litros– y algunos más en los portafolios de PepsiCo, Unilever o Nestlé.
En esa línea, uno de los hallazgos interesantes del reporte es que el 60% de todas las categorías que crecieron en volumen de ventas el año pasado tuvieron el tamaño de unidad más pequeño versus el 2022. “Esto demuestra que la estrategia puede funcionar, especialmente para categorías como alimentos y bebidas”.
Mientras tanto, se identificó que los bienes que los compradores demandaron en tamaños más grandes frente a ocasiones anteriores fueron ambientadores, yogur, jugos concentrados, papel higiénico o detergente para la ropa.
Los alcances de la “reduflación”
Desde Bbva se explicó que esta práctica viene usándose desde hace varias décadas, especialmente cuando la inflación es alta. “En esencia, consiste en reducir la cantidad de producto que se vende al consumidor manteniendo (o incluso elevando, en algunos casos) su precio”.
El lío es que se ha estado sofisticando en los últimos años, lo que hace difícil que las personas puedan identificar cuándo un producto es de menor tamaño. Según estudios citados por Bbva, la “reduflación” es sobre todo imperceptible cuando se aplican disminuciones en el volumen de los empaques entre el 5% y el 10%.
De acuerdo con Juan Caro, director de Desarrollo de Negocios en Kantar, división Worldpanel Colombia, al final de cuentas el 2023 se caracterizó por la pérdida de poder adquisitivo y el menor volumen de compras, sobre todo en el primer semestre, mientras para 2024 las tendencias se inclinan hacia retailers locales y el fortalecimiento de aplicaciones digitales para categorías como carnicerías o tiendas especializadas.
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