Las marcas de fabricante pesan cada vez menos en la cesta de la compra de los españoles, pero esto no es necesariamente una mala noticia para los consumidores.
Michel-Édouard Leclerc, presidente de E. Leclerc.
FOOD RETAIL & SERVICE 06/05/2024 – 17:31h
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El crecimiento de la marca blanca (que ya se sitúa cerca del 50%, según los últimos datos de Circana) y de los supermercados de surtido corto despierta un amplio malestar entre los fabricantes, que acusan a las enseñas más económicas de ‘destruir valor’.
Si la tendencia de los últimos años continúa, argumentan, muchos fabricantes se verán obligados a cerrar fabricas, optimizar costes y reducir el salario de sus plantillas —como ya ha sucedido, por ejemplo, en Danone y Bimbo—, puesto que el valor global de la cesta de la compra es ahora menor que antes.
Los españoles compran, descontada la inflación, más barato que antes; a esto se refieren los fabricantes con la ‘destrucción de valor’. Sin embargo, se pregunta Michel-Édouard Leclerc, “¿valor para quién?”.
El presidente del gigante del retail francés ha reconocido que recibe críticas similares a menudo, pero en su opinión se trata de discernir muy bien a quién se crea y a quién se destruye valor.
“E. Leclerc ha sido una de las primeras enseñas en aventurarse en el segmento de viajes, en el que ofrecemos viajes económicos a destinos simpáticos e incluso prestigiosos con las marcas Fram, e Club Med, Jet Tours, Kuoni y Asia… ¡e incluso nuestra marca!”.
El presidente de la compañía francesa considera que, gracias a su propia agencia de viajes, E. Leclerc, si bien ha supuesto una dura competencia para otras agencias, ha hecho posible “el sueño a bajo precio… ¡y qué lástima para los que les molesta!”.
Sucede lo mismo en todas las categorías; cada céntimo que los consumidores ahorran gracias a la marca blanca o a la eficiencia operativa que se deriva del surtido corto, ‘destruye’ valor en un sector de la economía para ayudar a crearlo en otro que los consumidores consideran más prioritario.
Las diferentes marcas de Inditex, por ejemplo, no venden en sus tiendas marcas de fabricante, pero sería difícil negar que el ahorro que permiten a los consumidores a la hora de vestirse constituye un ‘valor’ muy apreciado por estos.
Mercadona, Lidl, Aldi y muchas otras enseñas que operan en nuestro país… ¿han servido para destruir valor o para conservar el poder adquisitivo de los españoles en el conjunto de sus gastos (dentro y fuera del retail y la industria alimentaria)?
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