Desde pequeños talleres, Moda Éxito viste a los colombianos
Yenny Muriel retornó a Fredonia desde Medellín para trabajar en la planta de Crea Jeans. FOTOS OLGA RENDÓN
Olga Patricia Rendón Marulanda
Laura Echeverri se emociona cuando en la calle se encuentra a algún transeúnte usando una prenda que ayudó a diseñar. “Pasa mucho y es emocionante, saber que ahí va algo que ayudé a construir, así sea con un toque muy pequeño”, dice.
Es posible que usted mientras lee este artículo tenga puesto algo diseñado, al menos en parte, por Echeverri, directora de Desarrollo de Crea Jeans, y, aun así, también es posible que nunca haya oído hablar de esa empresa que se forja en distintos municipios antioqueños.
Sus talleres están ubicados en Santa Rosa, Entrerríos, Bello, Medellín y Fredonia y trabaja para las marcas propias del Grupo Éxito. Allí se fabrican gran parte de los jeans, chaquetas y shorts de Moda Éxito.
Y es que en medio de la crisis del sector textil y confección en Colombia, que viene arraigándose por años producto de la importación barata y del atraso tecnológico, surgen iniciativas que, como un bálsamo, alivian la producción de manera sostenible, generan empleo digno en las diversas regiones del país y, además, democratizan el acceso a la moda a bajos costos.
Proveedores que cumplen todos esos requisitos son los que selecciona el Éxito para que produzcan la ropa que exhibe en sus almacenes bajo las marcas Arkitect, People y Bronzini. Actualmente, cuenta con 80 proveedores con 285 talleres distribuidos en todo el país. Y un dato importante es que dichos talleres generan 9.000 empleos, 70% de ellos ocupados por mujeres, en su mayoría madres cabeza de familia.
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Estos proveedores trabajan en la modalidad de paquete completo, que se refiere a todo el proceso de fabricación de las prendas, desde el desarrollo de producto, la compra de materiales, el corte, la confección, la lavandería y el terminado. Es decir, los 80 proveedores ayudan a diseñar las diversas colecciones, y luego de un intenso trabajo de laboratorio en el que participan los diseñadores y desarrolladores de producto, empieza la fabricación.
“Esto para nosotros ha sido todo un reto, pues pasamos de ser una maquila a un modelo que nos exige permanente creatividad e innovación”, cuenta Hernán Jiménez, quien fundó Crea Jeans hace 20 años.
Jiménez ha enfrentado las duras y las maduras del negocio textil, ha visto quebrar a muchos de sus competidores y colegas, porque reconoce que es un sector muy difícil, la competencia es feroz y los problemas para conseguir mano de obra experta complican mucho más la situación.
De hecho, el Dane reveló que, entre abril de 2023 y marzo de 2024, la producción de prendas de vestir en el país cayó 14,4%, las ventas cayeron 8,9% y la fuerza laboral contratada por los confeccionistas también se afectó 6,6%, esto según la más reciente Encuesta Mensual Manufacturera.
La falta de personal
Sin embargo, a todas esas dificultades, Crea Jeans ha sabido hacerles el quite. “Desde hace varios años, nos vemos en problemas para conseguir operarias, en Medellín y el área metropolitana no hay personas que sepan de confección buscando empleo. Así el empleo que les ofrezca sea completamente formal, con todas las prestaciones sociales y en condiciones completamente dignas. Por eso decidí irme a montar talleres a los pueblos”, cuenta Jiménez.
Y esa idea ha sido ganadora. El último taller que montó está en Fredonia, su pueblo natal. Allá logró conseguir una bodega abandonada y la remodeló para constituir en ese pueblo la primera empresa formal del área urbana.
“Aquí no hay fuentes de empleo diferentes al café. Uno se va a recoger café en cosecha y luego no hay nada más que hacer”, dice Dora Isabel Patiño, quien encontró en Crea Jeans una oportunidad de aprender de confección y emplearse en su municipio. “Todos los jóvenes en Fredonia terminan migrando, porque no hay oportunidades. Desde chiquitos soñamos con irnos para Medellín, pero para nosotros ya no es necesario, porque en esta empresa encontramos todo”.
Ella explica que su gratitud se debe a que Crea Jeans estuvo dispuesta a contratarla sin saber coser, le puso un profesor y le pagó mientras aprendía: “Dígame eso dónde ocurre”. Ahora está cerca de sus padres, que son adultos mayores y tiene tiempo para compartir con ellos, cuidarlos y proveerles.
Obviamente, este esfuerzo de la compañía hace parte de la estrategia de negocio, sus clientes le piden gran volumen y es necesario atender esa demanda, pero sin mano de obra no es posible, por eso contrata a instructores para que capaciten al personal y así vincular a los talleres a personas inexpertas, pero con ganas de aprender y de trabajar.
Incluso, algunos fredonitas que ya estaban rebuscándosela en la capital antioqueña retornaron a su municipio porque vieron allí la oportunidad de un empleo digno. Es el caso de Yenny Muriel, quien retornó tan pronto se abrió la planta: “La gente piensa que irse para Medellín es avanzar, pero allá uno vive muy difícil, es una ciudad muy dura, donde hay muchísima informalidad, ganarse el mínimo no es fácil y mucho menos tener prestaciones sociales. Aquí tenemos todo, trabajamos de 6 a 2 y somos libres para compartir con la familia”.
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Hernán Jiménez cuenta que desde el principio se obsesionó con que cada puesto de trabajo que generara fuera digno, tuviera todas las garantías de ley e incluso trata de dar siempre un poco más. Así lo hace con los 265 empleados de su empresa. “Este es un sector donde predominan mucho las mujeres, pero ellas vienen con historias muy difíciles, de maltrato, muchas son madres cabeza de familia, o tienen a sus esposos en la cárcel, o viven con sus padres ya mayores. Mejor dicho, estas mujeres son en su mayoría cuidadoras y necesitan permisos con frecuencia. Pero aquí lo que hemos dicho es que vamos a ser, primero, personas, por lo que entendemos esas particularidades. Sin olvidar que este es un negocio y que tenemos que ser eficientes y rentables”.
Aunque los esfuerzos no se quedan ahí. Jiménez ha entendido que no va a tener siempre personal suficiente para atender la demanda de sus clientes, solo al Éxito le vende al mes más de 70.000 prendas.
“Yo no puedo quedarme esperando a que la gente llegue, en Bello tengo un letrero hace 2 años buscando operarias y no lo he podido quitar porque siempre falta gente. Entonces, he acudido a la tecnología, y he encontrado en la automatización de los procesos un gran complemento a la mano de obra”, dice el empresario.
Y es que en su planta de Bello los resultados son asombrosos: tiene cinco máquinas que cada una hace todo el trabajo que harían ocho personas, y solo requieren de una operaria que alimente de material e insumos y aplique las instrucciones digitalmente. “Este trabajo lo puede hacer cualquier persona que no sepa coser tras una instrucción de una hora”, explica Jiménez.
La empresa también está invirtiendo en automatización en el área de corte y espera implementarla en otros procesos. “Es una inversión alta, pero con muy buenos resultados en eficiencia. No es que yo diga que voy a reemplazar a ocho operarias con una máquina, es que esas ocho operarias no existen”.
Ante esas declaraciones surge la pregunta de por qué si Medellín era la cuna del sector textil y confección, ahora es tan difícil encontrar personal, a lo que Jiménez responde que es por culpa de la informalidad: “Los jóvenes hoy no se quieren dedicar a esto porque vieron a sus madres hacerlo y, al llegar a la vejez, no obtener pensión, quedarse sin nada luego de trabajar toda la vida. Por eso es que insisto en que todo trabajo debe ser formal”.
La apuesta por la sostenibilidad
Otro factor en el que se destaca Moda Éxito es en la sostenibilidad, y esta puede verse en cada paso del proceso de Crea Jeans, que recibió el año pasado la distinción de empresa sostenible del Área Metropolitana, que fue entregada a 50 empresas de 12.000 concursantes.
La empresa garantiza que todos sus proveedores, incluso los internacionales, cumplan con la normativa de productos sostenibles; se preocupa por el manejo del agua, para lo que tiene una planta de tratamiento de aguas residuales en la lavandería, donde además mitiga la generación de gases, gracias a sus máquinas italianas marca Tonello que consumen menos agua, menos combustible y emiten menos que las convencionales.
La compañía se esmera por cerrar el ciclo del producto, para lo que cuenta con aliados como Fabricato que se encarga del reciclaje de los retazos que sobran para la fabricación de nuevas telas. Así mismo, garantiza la buena disposición de lodos, y hasta monitorea la eficiencia de la flota de transporte para que no se hagan viajes innecesarios.
De todo ello es guardiana Jenifer Cartagena, ingeniera ambiental, quien vigila permanentemente que la empresa mantenga estándares por encima de la norma. “No nos interesa simplemente cumplir, queremos hacer todo para evitar cualquier afectación ambiental que sea evitable o mitigable, ese es nuestro compromiso”.
Por eso es que Lucía de la Pava, gerente de la categoría Moda y Hogar del Éxito, aclara que Moda Éxito cuenta con el sello de moda sostenible en categoría oro, para el cual se auditaron todos sus procesos y se encontraron amigables con el medio ambiente, con la función social y económica.
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La disrupción en el sector
De acuerdo con Sebastián Díez, presidente ejecutivo de Inexmoda, las marcas de moda se están enfocando en crear valor a través de la identidad, la estética y propuestas únicas con la que los consumidores se sientan identificados. Y, precisamente, esto es lo que está realizando Moda Éxito con sus marcas: “Tener un ADN propio, proyectarse globalmente y demostrar versatilidad al realizar colaboraciones con diseñadores, reflejadas en colecciones únicas, sorprendentes y emocionantes, dirigidas a segmentos específicos del mercado”.
Y agrega que, al contar con una estructura multimarca, el Éxito puede diversificar sus canales, segmentos y presencia física y digital, para conectarse efectiva y genuinamente con el consumidor.
Esto es lo que ha permitido que el modelo sea ganador: en 2023, Grupo Éxito vendió 44 millones de prendas, de las cuales 26,5 millones fueron marca propia. Y, precisamente, en ese volumen es donde se logran eficiencias. De la Pava, reconoce que es muy complejo cumplir con todos los estándares de calidad, de sostenibilidad y de formalidad, y aun así competir con el importado y con la informalidad local. Sin embargo, 49 de los productos de la categoría (que incluye ropa interior, ropa exterior, hombre, mujer, infantil y deportivo) están cobijados por la estrategia de precio insuperable, con la promesa de ser los más baratos del mercado.
De la Pava se lo atribuye a la consistencia en la estrategia: “Llevamos muchos años trabajando con los proveedores en ese proceso. Ya no estamos hablando de empezar de cero, que en Colombia es muy difícil, nosotros ya llevamos un camino recorrido. Y hemos trabajado con volúmenes que nos permiten hacer economías de escala y lograr un volumen importante a nivel nacional. Es decir, hemos creado, creído en Colombia y va a seguir siendo así”.
Por estos días, Laura Echeverri se siente protagonista de la historia, pues está participando en la colaboración que próximamente verá la luz en Moda Éxito. Entre jeans con grandes bolsillos y chaquetas aun sin terminar, dice que este es un trabajo que la reta todos los días, “todo el tiempo tenemos que pensar en desarrollos diferentes, en ideas novedosas, para eso viajamos por el mundo para entender lo que está pasando, para capacitarnos. Y lo mejor, es ver que cada colección se vende mejor, que cada vez la gente quiere ponerse más la ropa que hacemos. Es el mejor incentivo para seguir trabajando tan duro y no tirar la toalla cuando las cosas se ponen difíciles”.
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