De las ventas que hacen los supermercados en el país el 17% corresponde a las marcas propias, un porcentaje que está por encima de varios países de Latinoamérica.
Siguen Argentina y Chile, con el 13% cada uno. En menor proporción aparecen Perú (12,,5%), México, (8,4%), los países centroamericanos (8,1%) Uruguay (7,2%), Brasil (3,0%) y Venezuela (2,4%).
Así lo muestra un estudio de la firma NielsenIQ que muestra cómo el ánimo de ahorro de los consumidores, en medio de la pandemia, dinamizó este tipo de productos el año pasado.
En estas cifras, la firma especializada llama la atención en que para el mercado colombiano, al revisar por canales en el caso de las cadenas de descuento ese porcentaje aumentó al 32%.
Al respecto, Ricardo Gutiérrez, Retail Vertical Client Delivery Leader para Central Latam y Perú en NielsenIQ, comenta que el desarrollo de discounters sin duda aporta significativamente a la importancia de la marca propia, en comparación con otros países de la región.
“El peso de este canal en Colombia es muy relevante dentro de las ventas totales del país, aportando un 14,5% de las ventas”, comentó.
En general, la ventas de estos productos crecieron un 6,3% en el país, en términos de valor frente al 2019, mientras que en el resto de la región fue de 10%.
En el ‘top’ de productos más vendidos el año pasado, el primer lugar lo tiene la leche larga vida, los aceites líquidos, el arroz, los aires acondicionados y las carnes frías. Luego aparecen pan empacado, el atún, los quesos, el papel higiénico y los huevos de gallina.
Y si bien estos datos corresponden al 2020 frente al 2019, la tendencia muestra que comienzan el año a buen ritmo. Gutiérrez explica que en los primeros dos meses del año las marcas propias están teniendo una mejor dinámica progresivamente (semana a semana) cuando compara con el resto de las comerciales.
Sobre cómo este tipo de productos, buena parte fabricadas por pymes, pueden tener crecimientos relevantes como el del 2020, Ricardo Gutiérrez plantea tres retos para los fabricantes de estos bienes.
El primero es la diferenciación y la innovación. A su juicio, la marca propia no se concentra solo en precios bajos, sino que ahora participa en más nichos y sigue ganando penetración en los hogares. Agrega también que hay que poner el foco en categorías con poca concentración o participación de marca propia y que van en crecimiento.
Por último, señala que es necesario enviar un mensaje coherente con lo que propone la marca y sobre todo en la disponibilidad de productos.
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