En Colombia un total de 62 empresas que facturan 500 millones de dólares hacen parte del Sistema B, una comunidad internacional que reúne a compañías que apuestan a alinear sus objetivos de negocio con la solución de problemas sociales o ambientales.

Recientemente la cadejan de tiendas de café Juan Valdez se sumó a este movimiento en un proceso que inició en el 2019, lo que la convierte en la primera del sector en obtener el certificado.

Camilo Ramírez, director Ejecutivo de Sistema B en Colombia, organización que promueve dicho movimiento, señaló que con el ingreso de la marca de los cafeteros se sigue mostrando que es posible pensar en la rentabilidad financiera y en la solución de grandes desafíos de la sociedad.

“Esta es la nueva definición del éxito en los negocios” dijo, al darle la bienvenida a Juan Valdez a la comunidad.

Su trabajo con los caficultores y su compromiso en materia de reciclaje y medición de huella de emisión de carbono, son algunas de sus acciones.

El coordinador de sueños de Alquería, Carlos Enrique Cavelier, recientemente anunció que espera que en el segundo semestre del año espera el reconocimiento para esa empresa de alimentos. Y Crepes & Waffles es otra compañía vinculada desde el 2016.

La compañía Natura también hace parte de la comunidad B desde el 2014 y coincide en que las empresas tienen que medir todos sus impactos sociales y ambientales con el mismo peso que evalúan los impactos económicos, porque solo así se logra pasar a ser agentes de transformación de la sociedad. En diciembre pasado recibió por tercera vez consecutiva la certificación con la satisfacción de aumentar en un 24% en comparación a la anterior, de 2017.

En 2020, Natura conquistó 153 puntos; en 2017, la marca llegó a 123.8 puntos y, en 2014, 108,4. La certificación requiere alcanzar un mínimo de 80 puntos de un total de 200.

En esta oportunidad, los puntajes destacados fueron el modelo de negocio de impacto positivo con su red de consultoras, como propuesta para la generación de ingresos con una respuesta rápida a la pandemia con la creación de un Fondo de Emergencia y acciones contra la violencia de género.

Y frente a lo ambiental, se destaca el Programa Carbono Neutro, innovaciones en los embalajes sustentables y la calculadora ambiental de productos. Además, en el cuidado a la biodiversidad, Natura se destacó por fortalecer sus iniciativas del Programa Amazonía con cadenas de socio biodiversidad.

Para las estrategias sobre diversidad, Natura fue reconocida por su programa de inclusión entre los colaboradores, además de contar con un alto número en liderazgo femenino y ofrecer salarios dignos.

“La nueva certificación es una prueba de nuestro compromiso por estar permanentemente involucrados en promover el impacto positivo en las áreas económica, social y ambiental. Queremos que muchas empresas sigan este camino y aunque sabemos que requiere de mucho coraje y consistencia, es alcanzable y muy gratificante, los resultados que seguimos obteniendo lo demuestran”,
comentó al respecto Juan Camilo Padilla, gerente de Sustentabilidad de Natura:

EL MAPA Y EL ORIGEN

El sistema B nació en Estados Unidos en el 2006 y en Colombia está desde el 2014.
Se estima que hay 687 Empresas B en Latinoamérica y 3.894 en el mundo, en tanto que más de 100.000 empresas han hecho la evaluación a nivel global.

Las estadísticas indican que en Colombia la mayoría de Empresas B son de servicio y no de producto.

La mayoría de ellas están ubicadas en Bogotá, seguido de Antioquia, Valle del Cauca, Caldas, Atlántico y Quindío.

Uno de sus criterios base es que una organización que esté en este movimientos “aspira a ser la mejor empresa para el mundo y no solo del mundo. Todas las Empresas B miden su impacto social y ambiental y se comprometen de forma personal, institucional y legal a tomar decisiones considerando las consecuencias de sus acciones a largo plazo en la comunidad y el medioambiente”, según explica. Para la organización, “lo que no se mide no se puede comparar y lo que no se puede comparar no se puede mejorar” por lo que los campos de acción se evalúan.

Igualmente, se establece que la construcción de un nuevo modelo económico requiere empresas que equilibren el propósito y las ganancias.

En este escenario, la Comunidad B trabaja para crear un sistema económico inclusivo, equitativo y regenerativo para todas las personas y el planeta.

La organización tiene algunos indicadores para mostrar los avance en sus objetivos.

Por ejemplo, el 58,6% de las empresas B en América Latina tienen una política expresa de no discriminar en las prácticas de contratación y en el trabajo en relación al género, lo cual es 110% más probable que en las empresas comunes de la región.

Igualmente, 7,3% de las empresas B cuentan con una mayoría de empleadas mujeres.
Esto es 52% más probable que en compañías que no hacen parte del movimiento.

Se estima, además, que el 12,17% de estas organizaciones son propiedad de mujeres.

CRITERIOS PARA MEDIR

– El primer aspecto que se evalúa es cómo va en transparencia y políticas de buen gobierno corporativo.

– Igualmente se hace un balance en la relación con los colaboradores y los derechos que tienen garantizados.

– Como tercera variable está ver cuáles son sus acciones para reducir su efecto o impactar positivamente en la conservación del entorno natural.

– Luego, está la relación con la comunidad en referencia a proveedores y distribuidores.
Por último, hay una revisión a su propósito. Aquí la idea es ver cómo resuelve un problema social o ambiental.