Guerra de descuentos en Colombia: el papel que están teniendo las tiendas de barrio | Finanzas | Economía | Portafolio
‘Guerra de descuentos’: el rezago que tienen las tiendas de barrio
Análisis dice que una reducción no será inmediata como en las grandes cadenas. Fenalco señala que en la reducción hay un sacrificio en las ganancias.
Tiendas de barrio.
ARCHIVO EL TIEMPO
POR:
CONSTANZA GÓMEZ GUASCA
En la ‘guerra’ de reducción de precios y de promociones que han desatado las grandes cadenas de supermercados para aliviar a los clientes agobiados por la alta inflación, las tiendas de barrio –el canal de compra más popular del país– se quedan atrás por la falta de capacidad para reaccionar.
(Vea: Así son y esto ofrecen los ‘outlets’ de las cadenas Alkosto y Éxito).
El tema no es menor y solo de competencia, dada la importancia que tiene este canal para el consumidor: la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, calcula que entre un 42% y un 46% de las familias colombianas habitualmente se aprovisionan en las tiendas de barrio.
El porcentaje es relevante y puede variar en la coyuntura, dada la necesidad que tienen los consumidores de buscar mejores opciones para satisfacer sus necesidades según su actual capacidad de compra.
Eso traerá beneficios a los ‘discounters’ (Ara, D1 y ahora Ísimo), que han entrado a los barrios para participar del mercado que tenían colonizados los tenderos por años.
Lo que puede venir
Treinta, un ecosistema digital que ya supera el millón de microempresarios en Colombia y más de cinco millones en Latinoamérica, hizo un análisis sobre la situación de este canal de compras, teniendo como base 275.000 puntos de venta que utilizan la herramienta en unas 25 ciudades del país.
(Vea: Los productos que han bajado de precio en los supermercados del país).
Según sus datos, el volumen de ventas del canal tradicional ha disminuido en un 12 %, mientras que los precios para los tenderos han alcanzado un aumento promedio del 15 % en el primer trimestre del año.
Agrega que alimentos y bebidas han sido las categorías que se han visto más afectadas por los efectos de la inflación durante el primer trimestre, teniendo una variación impulsada por frutas y verduras que ha tenido un aumento del 28,67 %; licores, 15,45 %; cuidado de la salud, 9,91 %; cuidado personal, 9 %, y despensa 8,78 %.
Esto trae una subida considerable en el promedio del gasto de los hogares y genera el recorte de algunos productos menos necesarios, dice el análisis.
Para Treinta, por la baja en el dólar de los últimos meses, las grandes superficies anunciaron una campañas de descuentos apalancada en este fenómeno, con el fin de atraer a las familias colombianas a estos formatos de compra.
“El canal tradicional no tiene más opción que continuar resiliente atendiendo en el 95% de los casos a las familias más vulnerables a los que deben fiarles, y mantenerles precios justos al mismo tiempo”, asegura.
Para Treinta, con este panorama, los descuentos llegarán en los próximos meses a las tiendas de barrio, conforme el mercado se ajuste a la caída del dólar.
Advierte que “el efecto no será inmediato como en las grandes superficies por las carencias tecnológicas, la falta de acceso a créditos sostenibles, y la dificultad de prepararse frente a noticias de cambios económicos internacionales por estar atendiendo de Sol a Sol”.
Man Hei Lou, cofundador de Treinta cree que “es necesario impulsar la competitividad de este sector que abastece en el 95 % de los casos a los hogares más vulnerables del país, estimulando el crecimiento del sector”.
(Vea: Los descuentos que tiene el ‘outlet’ ‘desconocido’ de Falabella).
“Una sociedad equitativa requiere de cambios que pueden ser fomentados por la digitalización de los negocios y la inclusión financiera de los tenderos colombianos que hacen parte de la economía popular”, dijo.
El sacrificio
Al analizar las últimas movidas del ‘retail’ que se enmarcan en la medida de reducir sus precios al cliente final, Fenalco advierte que el comercio detallista de alimentos en Colombia, desde la modesta tienda de la esquina hasta la gran cadena, trabaja con unos márgenes de rentabilidad “supremamente bajos”.
Revela que por cada cien pesos de venta de mercancías, un supermercado obtiene una ganancia neta entre dos y cuatro pesos.
“En términos más técnicos, el margen de rentabilidad neta es entre el 2 y el 4% y esto es así debido a la intensa competencia”, anota.
Fenalco agrega que el anuncio de rebajas de precios a un grupo seleccionado de alimentos que tienen un peso significativo en la canasta familiar, que han hecho varias cadenas y que con seguridad se extenderá temporalmente a más empresas, no sólo de cobertura nacional sino los supermercados de cadena que operan regionalmente, es un esfuerzo muy significativo que hace el comercio organizado del país para colaborar en la batalla contra la inflación y para evitar la posibilidad de que se les aplique la fórmula de control de precios.
(Vea: Así son las nuevas tiendas de descuento Ísimo en Bogotá).
Al trabajar con unos márgenes de comercialización reducidos, las cadenas deben duplicar sus esfuerzos para reducir los denominados costos logísticos, ahora al alza por fenómenos como el mal estado de las vías, los cierres constantes de las carreteras, los bloqueos y las manifestaciones que se han vuelto recurrentes.
En ese orden de ideas, resalta el gremio del comercio, la idea de una reforma laboral que aumente sus costos iría en contravía de dichos esfuerzos.
Los lugares para abastecerse
Según Kantar, al terminar el año pasado, el consumidor se afectó por el alza de precios y disminuyó su volumen de compra para lograr eficiencias en su presupuesto. La canasta básica del hogar fue la más afectada en volumen por un abandono de categorías y menos frecuencia de compra.
En efecto, al cierre de 2022 la frecuencia de compra en el canal tradicional disminuyó 15%, lo cual ha traído ventaja a los discounters con un aumento del 20 % y en el canal Moderno, donde cadenas independientes llegaron al 11% del gasto del hogar.
La firma precisa que el colombiano ha incrementado el precio pagado en la canasta familiar un 46% en los últimos 3 años, lo que ha generado cambios en su hábito de compra.
CONSTANZA GÓMEZ GUASCA
Periodista Portafolio
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