En 1962 nació en Bucaramanga la Incubadora Santander, una idea de negocio que puso en marcha un grupo de criadores de aves de la región. Luego de casi 60 años y bajo una nueva marca, Huevos Kikes es una empresa referente del departamento y del sector avícola, que genera más de 2.000 empleos y produce 4,5 millones de huevos al día.
Todo empezó con Diego Muñoz, quien se retiró del Ejército y quiso cumplir su sueño de ser agricultor. Sin embargo, las tierras eran áridas y decidió producir su propio abono con gallinas en el solar de su casa. Pese a los esfuerzos, el piso no mejoró, pero se dio cuenta de que las gallinas se multiplicaban y resolvió entrar en el negocio de pollitos de un día. En 1966 inauguraron su primera planta de incubación ubicada en el Km. 6 vía a Girón, en Santander.
En los años 70, su hijo Enrique tomó el negocio y decidió vender pollitos de un día a nivel nacional, pero una década más tarde no vio grandes resultados, por lo que en 1992 cambió a la producción y comercialización de huevos y así alcanzó las 100.000 unidades por día.
De ahí para adelante, la empresa no ha parado de crecer. En 1994 la planta fue pionera en la utilización del primer sistema de baterías automatizadas y compostaje. Un año después, Huevos Kikes se consolidó como la líder en producción de huevo en el país, con 500.000 unidades diarias.
En 1998 inauguraron Agropecuaria Latinoamericana que en la actualidad tiene a la granja avícola Egipto, en Caloto, Cauca, reconocida como la más grande de Colombia. Y con el objetivo de mantener el liderazgo por una década, en 2012 llega a la gerencia Juan Felipe Montoya Muñoz, sobrino de Enrique.
Su labor comenzó a los 14 años, luego de que sus padres le impusieran un castigo por perder un año escolar en la secundaria. Su primer trabajo fue en la Planta de Incubación como operario. Este “castigo” se convirtió en la base para formar su vida profesional, y le permitió conocer a fondo la empresa familiar, sus retos y desafíos desde todas las perspectivas.
En 2013, lideró un cambio de imagen corporativa y relanzamiento de marca. También en la administración de Montoya se han desarrollado proyectos innovadores, como la producción de los ovoproductos (huevo en cáscara pasteurizado y huevo líquido pasteurizado) y empezó a apostar por la sostenibilidad.
En 2017 impulsó a Incubadora Santander a ser la primera empresa del país en producir energía gracias a la construcción y puesta en marcha del primer biodigestor en Colombia, que genera energía eléctrica por medio de la cofermentación de excrementos (biomasa) de gallinas ponedoras (se utilizan 120 toneladas/día de gallinaza) y el agua utilizada durante la producción, que actúan como fuentes de biomasa.
En 2020, la empresa fue clave en la seguridad alimentaria del país, pues el huevo se convirtió en la proteína preferida por los colombianos, por lo que logró ingresos por $457.586 millones. El arroz con huevo pasó de ser ocasional a ser más común en la pandemia, pues es la proteína más completa y barata en la canasta familiar y con el golpe en los bolsillos de los consumidores su demanda aumentó. Por empresas como Huevos Kikes nunca faltó en la mesa de los hogares.
El consumo de huevo fue protagonista y subió 11,6% por la pandemia
El año pasado los colombianos tuvieron un consumo per cápita de 325 huevos, lo que representó un crecimiento de 34% frente al consumo de hace 10 años (214 unidades). Además, el crecimiento del año pasado fue de 11,6%, puesto que en 2020 se consumieron 291 huevos por persona, es decir, 34 más que la cifra de 291 de 2019. El incremento en la demanda se debió al aislamiento obligatorio por causa de la pandemia y el cierre de restaurantes, que llevó el precio a la baja.
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