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Portafolio, María Camila Pérez Godoy

La tendencia de consumo hacia bienes y servicios más económicos que ha surgido producto de la pandemia se ha hecho más evidente en los últimos meses con los buenos comportamientos de marcas low cost en distintos sectores.

En el turismo, por ejemplo, si bien ha habido intermitencia en la recuperación por los cierres de inicio de año y las restricciones internacionales, empresas de este segmento vienen aumentado su oferta.

“El modelo de bajo costo ha sido el menos afectado, pues el consumidor le da más valor a cada peso gastado. Y tener tarifas en promedio 30% más bajas que los competidores, sí nos da una ventaja, es innegable”, expresó Félix Antelo, el presidente de Viva Air.

Esta aerolínea anuncio que en junio inicia su expansión internacional con las rutas desde Medellín hacia Ciudad de México, Cancún y Orlando; y desde Bogotá a Ciudad de México.
Wingo por su parte lanzó recientemente el trayecto Medellín-Cancún, con el que se consolida como “la aerolínea low cost con el mayor número de destinos internacionales servidos desde Colombia”.

Del lado de la hotelería, la cadena Ayenda, que funciona bajo el modelo de “franquicias por conversión”, y que se enfoca en público corporativo en sectores como el de comercio o transporte, cerró el 2020 con un amento del 50% en los ingresos.

A este punto los hoteles vinculados ya superan los 194 que se tenían antes de la pandemia y se proyecta cerrar el año con 320 en Colombia y 80 en Perú.

“Una mayor consciencia tanto de la relación costo-beneficio como a la preocupación por la salud hicieron que los gimnasios de bajo costo al inicio vieran una reducción de usuarios y posteriormente recibiéramos nuevos afiliados”, comentó David Raya, director general de Smart Fit Colombia.

Ante este incremento el plan de expansión de la compañía que se venía gestando en 2020, hizo posible que para este año la empresa inaugurara 6 nuevas sedes, cuatro en Bogotá, una en Bucaramanga y otra más en Santa Marta.

CONSUMO MASIVO

De acuerdo con el reciente estudio Consumer Insights de la División de Consumo Masivo de Kantar, en 2020 los discounters se destacaron por “su crecimiento y constancia en los momentos de abastecimiento, cuarentena y re apertura”.

Lo que permite afirmar que en la actualidad “nueve de cada diez hogares en Colombia ya compran en estos establecimientos”.

Marcas como D1 tuvieron un crecimiento exponencial el año pasado, no solo porque sus productos son de primera necesidad, sino porque las personas reorientaron el gasto hacia precios más económicos.

En octubre la compañía logró consolidar su tienda número 1.500 en San José del Guaviare, alcanzando presencia en 300 municipios y 26 departamentos.

De acuerdo con los últimos reportes Brandstrat, Tiendas D1 tuvo un crecimiento del 12% en impacto positivo durante la pandemia, especialmente en el estrato 3.
Por su parte Justo & Bueno incrementó un 6% en este indicador, donde su incidencia en los sectores 4, 5 y 6 llegó hasta el 10%.

Finalmente, en el caso de restaurantes, marcas Low Cost como la Vera Pizza completaron cuatro franquicias vendidas en Bogotá y Medellín; y buscaban llegar a Cali y Barranquilla.

SEGURÁ LA TENDENCIA POR LAS MÁS MARCAS ECONÓMICAS

Para Rafael López, CEO de Brandstrat, aunque la migración hacia marcas más económicas era una tendencia que se venía presentando desde el 2018, con la pandemia, el año pasado el consumidor “mejoró la percepción de calidad en las segundas marcas”.

Esta tendencia se vio reflejada especialmente en productos de aseo para el hogar, lácteos, y alimentos básicos.

Mientras que antes del 2020 el indicador de cambio hacia marcas económicas se ubicaba en apenas el 14%, entre marzo y agosto, con el confinamiento subió hasta el 27%, según esta compañía.

Además, vale destacar que aunque la tendencia ha disminuido levemente, después del octavo mes del año anterior y hasta la actualidad el indicador sigue siendo 10 puntos porcentuales superior al de 2019 (24%).