Lidl y Aldi son las dos grandes cadenas de supermercados alemanas que operan en nuestro país. Si has comprado en los establecimientos de ambas compañías y ves con frecuencia sus folletos promocionales, seguro que te has fijado en que son extremadamente parecidas.
En primer lugar, las dos tienen nombres cortos y muy semejantes, compartiendo buena parte de las letras que lo componen. Los colores corporativos también van en la misma línea, y la decoración del interior de sus locales también se parece bastante, sencilla y austera.
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Tanto Lidl como Aldi ofrecen promociones estacionales que tienen unos pocos días de duración. Cada semana, ambas cadenas anuncian que van a poner a la venta determinados productos, y una vez pasada la promoción los artículos se retirarán de los supermercados.
De hecho, en ocasiones la temática de estas promociones semanales es la misma en las dos cadenas, coincidiendo en los mismos días o en fechas muy próximas la semana de la jardinería, la de la decoración del hogar o la de las colecciones de electrodomésticos.
Pero, ¿por qué tienen tantas semejanzas? ¿Cuáles son los motivos por los que los dos grandes supermercados alemanes son tan parecidos?
Vamos a repasar la historia de Aldi y Lidl y a analizar sus similitudes.
Lidl o Aldi, ¿quién llegó primero?
Para entender por qué tienen tantas semejanzas las dos cadenas de supermercados alemanas, en primer lugar vamos a repasar brevemente la historia de Aldi y Lidl.
El primero que apareció en escena fue Aldi. Nació en Essen, una pequeña población alemana, en el año 1945. Fue entonces cuando los hermanos Theo y Karl Albrecht decidieron hacerse cargo del negocio de alimentación que regentaba su familia desde el año 1913. Eligieron el nombre de la tienda utilizando la primera sílaba de su apellido, Al, y las letras Di de la palabra Discount, formando el Aldi que todos conocemos a día de hoy.
Tal como explica la compañía en su web oficial, desde sus inicios el objetivo de la compañía fue conocer bien al cliente para ofrecerle lo que necesita al mejor precio. Al encontrarse en el duro contexto de la crisis económica tras la Segunda Guerra Mundial, esta filosofía se tradujo en satisfacer las necesidades básicas de los vecinos a precios muy bajos.
Y es que, mientras que los negocios de alimentación de la época aplicaban los descuentos mediante cupones o promociones especiales, en Aldi se hacían rebajas directas en todos los artículos y se ofrecían precios más competitivos. Esto era posible porque los Albrecht reducían costes recortando los gastos en publicidad, en alquiler y mantenimiento de sus locales y en la venta de productos frescos.
Esta política de precios dio sus frutos y permitió que Aldi se expandiera por Alemania con rapidez: en 1950 ya contaban con 13 establecimientos y 10 años después superaban las 300 tiendas en todo el país.
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En el año 1961 se produjo una desavenencia entre los hermanos relacionada con la venta de tabaco en los supermercados. Esto llevó a la división de la compañía en dos filiales: Aldi Nord, que quedó en manos de Theo, con sede en Essen y operativa en el norte de Alemania; y Aldi Süd dirigida por Karl, con sede en Mülheim an der Ruhr y funcionando en el sur.
No obstante, a pesar de esta división Aldi funciona como la misma empresa y, salvo las ofertas que se aplican, apenas hay diferencias entre ambas facciones.
La división afectó a la posterior expansión internacional, y las franquicias en los diferentes países dependen de una u otra facción.
La compañía está presente no solo en Europa, sino también en América del Norte, donde Aldi adquirió la cadena de descuento estadounidense Trader Joe’s, y en Australia.
Por ejemplo, la división de Aldi en España pertenece a Aldi Nord. La franquicia aterrizó en nuestro país en el año 2002 y, a pesar de sus esfuerzos en publicitario, su expansión en nuestro territorio está siendo lenta y por el momento no ha conseguido colarse entre las grandes cadenas de supermercados.
Lidl, un nuevo supermercado inspirado en el modelo de negocio de Aldi se estrena en Alemania
Lidl forma parte del Grupo Schwarz, que fue fundado en el año 1930. No obstante, hasta 1973 no se abrió el primer supermercado descuento de la compañía en la ciudad alemana de Ludwigshafen-Mundenheim, cuando Aldi ya se encontraba completamente consolidado.
Dentro del grupo Schwarz, Lidl se quedó con las tiendas de descuento, mientras que para los hipermercados se creó la marca Kaufland. Los establecimientos de Lidl se propagaron con rapidez y para 1988 ya había más de 450 tiendas solo en Alemania Federal, y esta cifra se duplicó con la reunificación alemana.
La expansión internacional se produjo a partir de 1989. Francia fue el primer país en acoger supermercados de Lidl, y el desembarco en España se produjo en 1994 con la apertura de la primera tienda en Lleida. En 2019, la franquicia celebró en nuestro país su 25º aniversario con 14.000 empleados y 580 tiendas, y en 2020 tuvo lugar otro hito con la apertura de la tienda 600 en Tres Cantos (Madrid).
Dado que su llegada a España fue anterior a de Aldi, en la actualidad Lidl está más afianzado en nuestro país y goza de una mayor cuota de mercado. De acuerdo con los datos de Kantar, a día de hoy Lidl es la tercera cadena de supermercados más importante de España con una cuota de mercado de la distribución del 6,6%, por detrás de Carrefour con el 8,9% y de Mercadona con el 24,9%.
Los pilares que sustentan el éxito del modelo de Lidl y Aldi
Pero, ¿cuál es el secreto del modelo de negocio que siguen estas dos cadenas alemanas? Jan-Benedict Steenkamp, profesor de la Universidad de Carolina del Norte, y Laurens Sloot de la Universidad de Groninga, detallan cuáles son los pilares que sustentan el éxito de este modelo en su libro Retail Disruptors: The Spectacular Rise and Impact of the Hard Discounters.
Tal como recoge El Economista, el modelo de negocio que permite ofrecer al comercio minorista descuentos muy agresivos en todos los productos se basa en cuatro pilares fundamentales.
El primero es que hay pocas referencias por tienda y un alto volumen por referencia. Mientras que los supermercados convencionales tienen entre 40.000 y 50.000 referencias, en las tiendas de descuento esta cifra se reduce a 2.000 o incluso menos. Gracias a esto, los gastos de logística y reabastecimiento son más bajos, lo que les permite ofrecer precios más competitivos.
El control riguroso de los costes de los establecimientos es el segundo pilar en el que se basa el modelo de negocio de Aldi y Lid. Los supermercados de descuentos ahorran al máximo en el alquiler del local, decoración y personal. Los productos se pueden presentar directamente en los palés de transporte, la apariencia del local no está tan cuidada como en las tiendas convencionales, y también se controla el gasto en publicidad.
En este apartado cabe puntualizar que, en los últimos tiempos, los establecimientos de Lidl y Aldi han experimentado mejoras respecto a los que podíamos ver hace años. A día de hoy, las dos cadenas invierten más dinero tanto en las tiendas como en personal y publicidad.
El tercer pilar que destacan Steenkamp y Sloot en su libro es la relación a largo plazo que estas compañías establecen con sus proveedores. Frente a las franquicias tradicionales, las cadenas de descuento ofrecen contratos más estables que no se basan únicamente en el precio.
Por último, el modelo de negocio de Aldi y Lidl es un éxito debido a que la corporación recupera la inversión de cada tienda con mucha rapidez.
Al ahorrar en los gastos del establecimiento y el personal, la empresa recupera la inversión en una media de dos años.
Marcas blancas, campañas estacionales y unidades limitadas, un fuerte reclamo para el consumidor
Tanto Aldi como Lidl siguen la misma estrategia para conquistar a los consumidores, que se basa en la comercialización de marcas blancas con buena relación calidad-precio, campañas estacionales y unidades limitadas de los productos.
A diferencia de lo que sucedía hace años, en muchas ocasiones las marcas blancas propias de los supermercados gozan de mejor reputación que las marcas comerciales. Esto lo sabe muy bien Mercadona, pero Aldi y Lidl también tienen marcas blancas reconocidas, como las cremas Cien o los electrodomésticos SilverCrest de Lidl, o los lácteos Milsani de Aldi.
Las campañas estacionales y las unidades limitadas de los productos son otro de los grandes reclamos para los consumidores. Las dos cadenas de supermercados ofrecen determinados artículos solo en períodos de tiempo acotados y ponen a la venta pocas unidades.
De esta forma trasladan a los clientes una presión que les lleva a comprar los productos con prisa para hacerse con ellos antes de que se agoten.
Las principales diferencias entre Aldi y Lidl
Como decíamos en puntos anteriores, en España en la actualidad una de las grandes diferencias entre Aldi y Lidl es la cuota de mercado.
Lidl se sitúa en la tercera posición en el mercado de distribución, mientras que Aldi aún no se encuentra entre las principales cadenas de supermercados que operan en nuestro país. Poco a poco va expandiéndose, abriendo nuevas tiendas y ganando clientes.
No obstante, la diferencia principal entre las dos compañías es otra. Hablamos de la venta online: Lidl explota su página web y su app móvil para la venta de los productos de su bazar, mientras que Aldi solo vende en sus tiendas físicas.
Con este movimiento, Aldi pretende atraer al público a sus establecimientos. Gracias a esto, los clientes que van a comprar el electrodoméstico barato de moda, como la freidora sin aceite, pueden acabar llevándose también otros productos de la tienda.
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