Tiendas y supermercados llenos de productos en los que los usuarios no pueden entrar, sino que funcionan exclusivamente para la preparación de pedidos online, las dark stores o tiendas oscuras están ganando terreno ante el auge del e-commerce y el estrés de la última milla en la época del Covid-19.

¿Cómo surgen las dark stores?

En términos simples, una dark store es un espacio no abierto al público en el que no se puede comprar nada. Con apariencia de tienda o supermercado, estos espacios están habilitados con pasillos y estanterías llenas de productos, pero en lugar de encontrar compradores, lo que se puede ver en su interior es un ejército de trabajadores dedicados a la preparación de pedidos online.

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El concepto no es nuevo, surgió en Reino Unido a principios de la década pasada, pero la compleja situación provocada por el Covid-19 ha impulsado este modelo en la industria restaurantera y de retail. Juan Carlos Molina, Director General de GS1 México, ha puesto de ejemplo el caso las dark kitchen o cocinas fantasmas, un formato de servicio que ha brindado la posibilidad de reducir costos en actividades de atención al cliente y ha posibilitado la continuidad de operaciones ante el confinamiento.

Adaptarse para sobrevivir ha sido la premisa principal de los negocios que se han volcado a los modelos “oscuros” durante la contingencia. En México, por ejemplo, Alsea implementó el concepto de dark kitchen en 34 unidades de Vips y El portón para realizar entregas de comida ordena en línea.

En el caso de la industria del retail, la cuarentena ha provocado cambios en los hábitos de consumo, un auge impresionante en el e-commerce y una consecuente problemática: más pedidos significan mayor atención a los tiempos de preparación de paquetes y al papel de las entregas. En este contexto es que se han fortalecido las dark stores.

Logística y distribución a menor costo

Configuradas como almacenes de operaciones o centros de distribución (Cedis), las tiendas oscuras pueden parecer por dentro supermercados convencionales, la gran diferencia es que no hay cajas ni ningún material publicitario o promocional.
Por fuera, los edificios son discretos y no sugieren ningún tipo de operación comercial. Están ubicados en ciudades de gran densidad demográfica y la distribución de mercancías es similar a la de un punto de venta físico, con la salvedad de que se especializan en pedidos que llegan desde marketplaces. La clave para hacer frente a la demanda de pedidos, en muchos casos, ha sido la implementación de tecnología y automatización.
¿Qué ventajas tiene un modelo de esta naturaleza en los procesos logísticos? Para Francisco González, director General de Combiberia y profesor en Business & Marketing School (Esic), ha identificado las siguientes mejoras:
  • Mayor calidad. Las dark stores mejoran la rotación de existencias de manera excelente y tienen zonas de operación especializada para cada tipo de producto, incluyendo los perecederos, los de frío o la mercancía que no requiere condiciones particulares.
  • Mejora en los procesos de picking. La tecnología utilizada garantiza que dichos procesos sean eficientes en personal, calidad, eficacia y productividad medida en producción/hora/empleado.
  • Operación 24/7. Las tiendas oscuras no están restringidos por las regulaciones de horario de apertura que se imponen en los comercios tradicionales, por lo que pueden operar las 24 horas durante los 365 días del año.

La revolución que provocó la omnicanalidad 

Las tiendas oscuras surgieron como una forma de fortalecer los locales de alimentación y los supermercados y han sido claves para la supervivencia de cientos de locales que, ante la pandemia del Covid-19, vieron transformadas radicalmente sus estrategias de negocios.
Los supermercados también se han volcado a la omnicanalidad como una respuesta a las nuevas tendencias de consumo. Las dark stores se fortalecen como una solución para el sector retail que puede optimizar la preparación de pedidos y la gestión de la última milla logística de cara a la nueva normalidad.